martes, 10 de julio de 2012

En la Venezuela democrática, tema obligado ha sido el desempleo, el que para 1973 oscilaba entre un 6 y 7 %. En ese mismo año, se desata la guerra del Medio Oriente, lo que aceleró y subió los precios del petróleo ,dando lugar a la "Venezuela Saudita" la que habla de pleno empleo y al final se tradujo en despilfarro, facilismo, en fin el imperio de los antivalores o lo que es igual se desbordó la corrupción como alteración o trastocación de alguna cosa, o dañando , pervirtiendo , enviciando a sí mismos o a terceros , o simplemente no cumplir con el deber que corresponde , incurriendo en acciones irresponsables o pecar por omisión. Los errores se han acentuado, las dudas y el escepticismo colman al ciudadano común. El trabajo esencial a la subsistencia del hombre; haciendo abstracción de las distorsiones de la actividad natural del hombre venezolano, tenemos que mirar a la Venezuela que concibe al trabajo como natural y toda tendencia natural que se ejercita normalmente va acompañada de una gran satisfacción. El trabajo garantiza la subsistencia y desarrollo de todas las facultades del hombre. El Papa León XVII, en su encíclica "Rerum Novarum" en 1.891, la primera encíclica social de la iglesia, decía: "Trabajar es ejercer su actividad con el fin de procurarse lo que se requiere para las diversas necesidades de la vida, pero sobre todo para la conservación de la vida misma. Comerás el pan con el sudor de tú frente. Por esto, el trabajo ha recibido de la naturaleza como una doble impronta. Es personal, porque la fuerza activa es inherente a la persona y es propiedad de aquél que la ejerce y de quien la ha recibido para su utilidad. Es necesario, porque el hombre necesita del fruto de su trabajo para conservar su existencia, y debe conservarlas para obedecer a las órdenes irrefrenables de la naturaleza". Además, esa Venezuela cree en la función social del trabajo, comprendiendo a la sociedad como un cuerpo compuesto de miembros que se prestan ayuda mutua para conseguir juntos, con más seguridad el bien común, que no es otra cosa que la felicidad posible. El trabajo es facto de paz porque permite a los hombres producir riquezas, ayudando a la sociedad a vivir y a prosperar. Pero el trabajo tiene que complementarse para que sea productivo, por lo que se hace imprescindible el capital, el cual se define como: es el producto en reserva y destinado a servir directa e indirectamente para una producción consecutiva, siendo su amortización necesaria para mantener la producción sin déficit y su capitalización indispensable para aumentar la productividad o lograr ampliaciones, lo que supone excedentes de la producción sobre consumo de capitales. Al capital corresponde una compensación por el riesgo que corre, estando siempre en función del hombre. Nuestra realidad laboral y su futuro no depende nada más de las buenas intenciones para materializar el ideal o deseo que nos asiste. Grandes esfuerzos se han realizado y es evidente que en algunos se ha obtenido éxito a través del dialogo social tripartismo: gobierno, trabajadores y empleadores. Sabemos que existe un camino, por tanto tenemos la obligación de recorrerlo, tenemos la decisión en nuestras manos, es hora de empezar.

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